Desde Wanawake Mujer llevamos años trabajando por implicar a la sociedad en la consecución de los objetivos que nos proponemos para mejorar la calidad de vida de las niñas y las mujeres beneficiarias de nuestros proyectos. Implicarla desde un punto de vista global, pues, si bien es primordial que cada una de las personas que la componen se conciencie e implique en el trabajo que realizamos, resulta crucial el que las entidades, sean de la naturaleza que sean, también lo hagan.
Este trabajo de búsqueda de colaboraciones nos ha traído siempre magníficas experiencias y, en su mayor parte, buenos resultados. En esta entrada queríamos poneros como ejemplo, una de las últimas que hemos realizado dentro de la parte más social de nuestro proyecto «Maua, flores para la igualdad».
La mayor parte de vosotros/as ya conoce esa parte más «cercana» de esta iniciativa que supone la intervención con mujeres supervivientes de trata con fines de explotación en nuestro país; mujeres beneficiarias de una de las entidades con las que nos encanta trabajar mano a mano que es Proyecto Esperanza. Dentro del período de recuperación y formación de esas mujeres, Wanawake entra con el taller prelaboral, una intervención grupal para ofrecerles habilidades y competencias a las mujeres de cara a su inclusión social y laboral.
En diciembre del año pasado, una de las sesiones de este taller tuvo lugar en la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES, en colaboración con el profesorado y alumnado del ciclo formativo de «Asesoría de Imagen Personal y Corporativa». Bajo el lema «Tu imagen cambia tu vida», doce mujeres de Proyecto Esperanza pudieron disfrutar de una jornada de asesoramiento de imagen impartida por el alumnado del último curso de esta especialidad.
Este tipo de experiencias en las que el contacto entre personas es tan directo, resulta muy enriquecedora para ambas partes por muchas razones:
- La primera de ellas es que a las mujeres les aportó conocimientos y competencias para poner en práctica en ese proceso de inclusión social y laboral en el que están inmersas, pues les ha supuesto un aprendizaje que les va a ser de enorme utilidad, no sólo para su acceso al mercado laboral, sino también en el día a día.
- Además, la comunidad educativa del centro pudo conocer de primera mano una realidad cercana pero invisible, la de las mujeres que son tratadas y explotadas tanto laboral como sexualmente, en nuestro país. Algo que sirvió para romper algunos estereotipos que se tienen instaurados referentes a ciertos grupos y personas.
- Por otro lado, para el equipo técnico de las entidades sociales implicadas (Proyecto Esperanza y Wanawake Mujer) esta acción ha resultado, una vez más, la posibilidad de comprobar la enorme sintonía que hay entre el trabajo de ambas y cómo ésta repercute en beneficio de las usuarias del proyecto.
- Y por último, se ha podido comprobar que hoy, más que nunca, existe la necesidad de colaboración continuada entre el sector social y el privado si queremos conseguir que esta sociedad sea más justa, equitativa y que ofrezca soluciones y oportunidades a las personas que lo tienen más difícil.
Queremos agradecer la implicación del alumnado y profesorado de la Escuela CES por hacer posible esta experiencia que, esperamos, sea la primera de una larga lista de colaboraciones.
Aquí os dejamos un vídeo para que veáis cómo se desarrolló esta jornada del lunes 19 de diciembre en la que a todos/as los/as que asistimos, se nos dibujó una sonrisa en la cara.
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